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Temperatura como termómetro económico


La reconversión de las políticas económicas , hacia una mayor sostenibilidad a largo plazo convive con las mayores cifras de aumento de la temperatura mundial a gran escala , y precisamente , no es una coincidencia. Según los hallazgos de un estudio divulgado en la revista Nature Climate Change , los cambios diarios que experimenta cada día la temperatura provocan un menor crecimiento económico. Básicamente , la relación es la siguiente , la hostilidad en la variación climática , afecta directamente a la función de producción del país , y consecuentemente , merma los factores productivos acorde a las circunstancias que se hayan desarrollado , de acuerdo a las desavenencias del clima , y por ende , acaba por reflejarse en el sector de actividad , que mantiene una relación directa con el pib. 



Expongamos un ejemplo , cuando se sopesan los efectos del cambio climático en el Caribe , se presupone que la elevación del nivel del mar y las condiciones meteorológicas extremas , como los huracanes Irma y María de categoría 5 que asolaron la región en septiembre de 2017, y provocaron la muerte de centenares de personas y daños por miles de millones de dólares , son la causa de tal deterioro .Razón por la que en repetidas ocasiones se han manifestado en sucesivas cumbres internacionales sobre la imperiosa necesidad de hacer frente al calentamiento global.




No obstante , aparte de sus efectos colaterales sísmicos y las nefastas condiciones meteorológicas , el aumento progresivo de su temperatura , es ya de por sí el gran motivo de su preocupación.Ya que si partimos de la base de que hablamos de un país que en el que la temperatura media anual en el oeste oscila en torno a  los  30°., incidirá directamente sobre la productividad laboral , en aquellos días más calurosos , lo que se trasladará a otros canales , en una amplia gama de actividades económicas , puesto que algunos sectores están estrechamente relacionados a las condiciones climáticas , como la agricultura , y por ello expuestos. ¿ Se imaginan a un país, como en este caso, en el que el 48 % del su producto interior bruto dependa de las actividades agrícolas , y se vea afectado por variaciones climáticas que perjudiquen gravemente sus factores productivos y los dejen inutilizados por un tiempo?





(En dicho gráfico observamos una correlación negativa del impacto climático por sectores interdependientes entre sí ,provocando el descenso de dichos sectores contiguos como la agricultura o gestión del riego).



Pues precisamente es lo que pasa en la región tropical de América central , más conocida como el caribe , aunque las malas noticias no terminan aquí. Evidentemente , cuando hablamos de valor agregado , tenemos en cuenta , el proceso productivo que comprende desde la extracción de las materias primas hasta la entrega del producto final, así como el periodo medio de maduración, por lo que , ya de por sí , aceptamos que se mantiene una relación de interdependencia entre los diferentes sectores de la economía , que se traslada a los ámbitos más pragmáticos de la economía , rentabilidad , tipos de interés , endeudamiento y financiación. 



Sí la extracción de materias primas en el sector primario va según lo previsto , todo hace indicar que generará una utilidad futura , a la que le irá sumando valor , al ir imputando costes en su fabricación. Es decir , si en el proceso productivo , un sector es beneficioso en términos económicos , no solo entendido por ingresos , sino por disponibilidad , tiempo y forma , se traducirá en un efecto beneficioso para los demás sectores , provocando un efecto concatenante , por lo que decimos que mantienen una relación directa.



No obstante , si la región es ampliamente dependiente de una sola actividad económica , concretamente de la agricultura , que contribuye al 48 % del PIB , y se produce un periodo de malas cosechas que se traslada a una situación de hambrunas y epidemias a raíz de una incidencia climática , ¿ que pasará con los demás sectores? En este caso nada bueno , puesto que los otros  que no se hallan a merced de la intemperie y no están tan expuestos , podrían verse perjudicados por las devastadoras consecuencias de la incidencia climática sobre la agricultura , como la manufactura , la industria o los servicios.Y más aún , en un país , cuya excesiva dependencia de la industria lo convierte en un mártir atado de pies y manos frente a la orilla , esperando que le engullan las olas , ante la imposibilidad de adaptarse , y sortear el varapalo , siendo esta del 52%.



( Imagen del puerto aduanero de Nassau , en la región del caribe , cuya activida aporta cerca del 30% de las exportaciones en Colombia).



Por tanto , en la teoría , países con una amplia dependencia de ciertos sectores estratégicos , que generan ingresos y rentabilidad acorde a su posición excepcional asentada sobre una premisa más bien climática o de temperatura , tienden a concentrar su administración en  un único sector de actividad , lo que provoca fenómenos como la volatilidad , precariedad o temporalidad en el empleo , afectando directamente sobre la productividad del factor trabajo , reflejando niveles de temporalidad o estacionalidad muy altos y muy dependientes de olas climatológicas en ocasiones extremas. Que a menudo se traducen en bruscos incrementos y descensos del PIB , al afectar a la función de producción del país , unido a los efectos externos colaterales que produce el abuso o la excesiva dependencia de ciertos sectores , como las externalidades negativas .



En este sentido , las reglas de juego quedan bien expuestas , concretamente , tenemos una partida en la que hay que asignar huevos en diferentes cestas , el encaje de dichos huevos varía en función de lo que estemos persiguiendo , si mayor rentabilidad , menores costes de producción , mayor tipo de interés y menor inversión ( o viceversa)... No obstante , el caribe apostó todos sus huevos en una misma cesta , y cuando esta se cayó de la mesa , los huevos se rompieron con ella , dejándola sin posibilidades para seguir jugando. Trasladando esta breve metáfora a ámbitos de realidad económica , ¿que debería hacer el caribe? ¿ Seguir apostando por el mismo modelo? ¿ Endeudarse para poder financiarse y seguir apostando por revitalizar un sector ya estancado? Con las consecuencias que supone el endeudamiento. ¿Cambiar y reorientar su administración en busca de otro único sector que le aporte beneficios extraordinarios en un periodo de tiempo? Lo vemos esclarecido en el siguiente gráfico.




( Se observa como la inversión en políticas de mitigación y fortalecimiento institucional , así como en adaptación , permiten revitalizar la actividad económica y suavizar el impacto del cambio climático).



En realidad , ninguna de las anteriores , si supiéramos que el endeudamiento generará rentabilidad estable en un largo periodo de tiempo , valdría la pena la financiación. No obstante , en una situación de incertidumbre , y con una variable incierta como el clima , es mejor no tocar nada. 



Realmente , la solución sólo podría ser una , ya que el factor climático es inestable y no lo podemos cambiar ,  bastaría con acondicionar los factores productivos para beneficiarse de aquellas épocas donde , variables impredecibles como el clima , generarán ingresos suficientes como para seguir jugando a esa baza , es decir , diversificar las actividades económicas para no generar excesiva dependencia y procurar una flexibilidad que permita una mayor adaptabilidad a cambios en el entorno externo , como , legislación gubernamental o en este caso , cambios climáticos o políticas medioambientales. Al fin y al cabo , está comprobado que , según los datos del Banco Mundial , los países con índices de complejidad económica más altos son aquellos que generan una mayor estabilidad en forma de ingresos futuros a lo largo del tiempo. No obstante , la reconversión requiere una mayor inversión y tiempo.



Ignacio Santos Domínguez


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